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Los límites de la publicidad

  • Foto del escritor: Silvia P.
    Silvia P.
  • 30 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

Como todo ámbito, la publicidad también tiene sus límites que se regulan mediante leyes y normas. Aunque, ¿realmente el límite se establece en lo legal o en lo moral aunque la ley lo permita?

Hoy, veremos el caso de la famosa marca de desodorantes Axe.

Dicha marca se basa en hacer creer a los hombres que con tan sólo usar sus productos, las mujeres (normativas, es decir, delgadas, altas...) caerán literalmente del cielo para ellos, sólo porque les atraen con su olor. Básicamente, te vende autoestima en forma de spray. Pero, ¿eso es sobrepasarse?

Vamos a analizar el siguiente anuncio:


Empieza con la caída de un ángel en lo que parece el centro de un pueblo. Se crea un círculo a su alrededor y el ángel (o modelo) se levanta, abriendo sus alas y dejando a los habitantes del pueblo impactados. Se escucha la canción Sexy boy de Air de fondo, y entonces caen más y más ángeles, todas mujeres, todas parecen recién salidas de las pasarelas. De repente hay un hombre, joven, nada del otro mundo, un chico más al lado de una moto. Los ángeles se dirigen hacia él, que alza la vista, y las ve, a todas, mirándolo. Acto seguido, los ángeles lanzan sus aureolas al suelo, rompiéndolas, quizás con la intención de dejar todo por él o dejar de ser "chicas buenas", quién sabe.

Finalmente se ve al chico como antes de salir de su casa se echa ‘Excite’ y se escucha como otro ángel cae. Fin.


En mi opinión, sí, Axe sobrepasa los límites de la publicidad. Cierto es que el machismo en la publicidad se ha ido ocultando más a través de los años pero sigue habiendo.

Nos vende la idea de que el hombre, sin importar cómo sea, puede tener a una modelo. Indirectamente exigen perfección física en el cuerpo de la mujer, dejando a las demás mujeres sin cuerpos normativos como "no deseadas". Por no añadir que la idea de que la mujer se desvive por estar con el hombre, por una razón u otra, nos aleja del concepto de mujer independiente que se intenta reivindicar hoy en día y con anuncios así, se establece más aún la cosificación a la mujer, algo que hay que evitar.

Es publicidad ilícita, atenta contra la dignidad de las personas o vulnera algunos de los derechos reconocidos en la Constitución, como es en este caso con la mujer.


Axe vende una utopía, pero si siguen teniendo éxito es porque han conseguido establecer una conexión ideal con su target, diciéndoles exactamente lo que necesitan oír, enseñándoles lo que quieren ver y eso es lo que sus consumidores realmente valoran.

 
 
 

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